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Las empresas empiezan a reabrir las puertas a sus trabajadores, clientes y público en general, y es fundamental que cuenten con un plan integral de reinicio de las actividades presenciales para proteger la salud y la seguridad de todas las personas, así como para resguardar a la empresa ante las responsabilidades que podrían surgir respecto de la exposición a la COVID-19 en el lugar de trabajo.
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Con la llegada de la vacuna contra la COVID-19, llega también una nueva esperanza de que la pandemia pueda terminar pronto, y muchas empresas empiezan a considerar reabrir sus puertas para los trabajadores, los clientes y el público. Sin embargo, los casos reportados de coronavirus continúan aumentando, por lo que no es momento de reducir las precauciones de seguridad. Un plan de reingreso ayudará a garantizar la salud de quienes vayan a las oficinas, y también protegerá las empresas de posibles responsabilidades relacionadas con la exposición a virus en el lugar de trabajo. Siga mirando para obtener más información sobre cómo implementar en su empresa un plan de reinicio de las actividades presenciales.
Este plan de reinicio de las actividades presenciales debe tener un enfoque amplio, que permita minimizar el riesgo de exposición al virus; estas son las acciones fundamentales que deberán incluirse:
- Actualizar los protocolos de limpieza para cumplir con las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC);
- Promover el distanciamiento social restringiendo la cantidad de personas que pueden estar a la vez en la oficina, modificar los espacios de trabajo según corresponda y limitar el acceso a las áreas comunes;
- Exigir a todas las personas que ingresan a la oficina el uso de máscaras y controles de temperatura;
- Actualizar y crear políticas para el lugar de trabajo que incorporen protocolos de seguridad contra la COVID19, que incluyan pautas referidas a cómo se informan los síntomas, los diagnósticos y la exposición a la COVID-19 en el lugar de trabajo;
- Por último, verificar que las políticas y el plan de reinicio de actividades presenciales cumplen con todas las leyes y regulaciones federales, estatales y locales, así como con las pautas de los CDC.
Con más de 1,500 demandas vinculadas con la seguridad en el lugar de trabajo relacionadas con la exposición al coronavirus presentadas desde el inicio de la pandemia, implementar un plan de reinicio de las actividades presenciales puede contribuir a reducir el riesgo de quedar expuesto a dicha responsabilidad para su empresa. Ante todo, el cumplimiento de un plan integral debería reducir la posibilidad de exposición a la COVID-19 en su lugar de trabajo. En segundo lugar, algunos estados han promulgado leyes que otorgan inmunidad a las empresas frente a ciertos reclamos relacionados con la enfermedad. Por ejemplo, Kansas ofrece inmunidad temporal frente a posibles reclamos de exposición presentados contra las empresas que actúan de conformidad con las directivas de salud pública aplicables y que se encuentran en cumplimiento sustancial de tales directivas y, en Carolina del Norte, las empresas no serán responsables ante los reclamos de haber contraído la COVID-19 de no haber existido negligencia grave, dolo o irregularidades intencionales por parte de las empresas. En los estados donde la inmunidad se aplica si se actuó con un criterio de razonabilidad, como Carolina del Norte, o en estados sin una ley de inmunidad, contar con un plan de reinicio de las actividades presencias que cumpla con las disposiciones federales, estatales y locales ayudará a demostrar que la empresa aplicó tal criterio de razonabilidad al reabrir sus puertas.
Además del reinicio de las actividades presenciales, las empresas también empiezan a contemplar de qué manera abordar la vacunación contra la COVID-19. De acuerdo con la guía que emitió la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC), los empleadores pueden requerir que las personas que ingresan a sus instalaciones exhiban una constancia de vacunación. Le recomendamos trabajar en colaboración estrecha con su asesor legal y equipo de recursos humanos para desarrollar e implementar una política de vacunación para su empresa. Si prevé incorporar políticas de vacunación obligatoria, recuerde considerar excepciones para las personas con discapacidades o según sus creencias religiosas. Por otro lado, asegúrese de que toda política obligatoria se base exclusivamente en el riesgo de exposición al coronavirus y no en el tipo de relación laboral, de modo de evitar problemas vinculados con la clasificación de los trabajadores. Para determinar si aplicará una política obligatoria o voluntaria, es posible que quiera considerar otros factores, como las dudas que el personal pueda tener con respecto a la vacuna, el efecto que una u otra opción en el ánimo de los empleados y si la empresa está preparada para responder adecuadamente si un empleado se niega a recibir la vacuna. Ya sea que el esquema que implemente sea obligatorio o voluntario, recuerde comunicar claramente los términos de la política a las personas correspondientes.
Si bien la posibilidad de reiniciar las actividades presenciales nos llena de entusiasmo, es de suma importancia hacerlo de una manera tal que priorice la salud y la seguridad de su personal, agentes y clientes. Para más consejos y consideraciones sobre los planes de reinicio de actividades presenciales, consulte la lista de verificación y la guía para las políticas de vacunación contra la COVID-19 en el lugar de trabajo, ambas disponibles en el sitio nar.realtor.